jueves, 26 de agosto de 2010

mientras esperaba mi café se acercó uno de los profesores con el suyo en la mano y me dijo que ese momento, en el que revolvía y mezclaba el café, la espuma, el chocolate y la canela, era mucho más placentero que cuando lo tomaba. Con el amor pasa lo mismo, dijo, es mucho más intenso el pensamiento que lo que termina siendo. Después siguió hablando cosas de arquitectura como si nada.

6 comentarios:

evA dijo...

qué comentario tan acertado.
♥ amiga

Gregorio Omar Vainberg dijo...

que grande, tu profesor filosofo.
un abrazo,

Chechula dijo...

no creo. simplemente eso les pasa a los que se masturban intelectualmente y no viven... pero cómo vas a comparar un pensamiento frío y perfecto con una sublime fusión de cuerpos? qué mal que andamos...

Mercadito de barrio dijo...

es que a veces el amor, ese tan sublime del que hablás, desilusiona tanto que es mejor que quede intacto en el pensamiento.

Mari Pops dijo...

por eso el arte mercadito, por eso el arte

Martinitta dijo...

tanta sinceridad en las palabras me deja atónita, lo juro.-